La filosofía es la ciencia de los objetos desde el punto de vista de la totalidad, mientras que las ciencias particulares se especializan en sectores específicos del ser, enfocándose en partes de la realidad que han sido circunscritas y definidas. Las ciencias se desprenden de la filosofía cuando renuncian a considerar su objeto desde un punto de vista universal y total. La ontología, por ejemplo, no se limita a una parte de la realidad, sino que aborda la totalidad del ser. La filosofía, por tanto, sigue siendo la disciplina que considera su objeto desde una perspectiva universal y total, mientras que otras disciplinas lo hacen desde un punto de vista parcial y derivado.